Hace unos días que llegué de mi viaje a Lanzarote. Sigo trabajando en el libro que retomé y no he sacado tiempo para poder escribir sobre lo bien que me sentaron los aires canarios y, lo feliz que fui entre sus gentes.

El otoño llegó con mucho más trabajo del habitual. Pronto se apoderaron de mi viejas heridas. Ansiedad, dolores, presión y mucha negatividad. Esta vez era mucho peor. Mis habituales vías de escape estaban obstruidas. No era capaz de bajar a hacer deporte y tenía migrañas permanentes. Ningún plan me seducía y la mayoría de la gente me caía mal. Había tocado fondo física, social y anímicamente.

Mis problemas me parecían inabordables y pensé en darme un descanso del trabajo, de la tecnología y de la humanidad. Encontré en el pueblo de la Santa el balneario que necesitaba y en sus increíbles olas la mejor terapia. Volví lleno de energía y con de ganas de volar.

Esta mañana me había levantado especialmente buenrollista. Celia Cruz, Tribalistas, Manu Chao ponían la banda sonora en la oficina, mientras hacía chascarrillos con algunas cosas del trabajo y me reía con mis amigos por Whatsapp.

Video viral y ZAS! acabo de ponerme triste.

Bofetón de realidad. Algo así debió sentir el caranchoa cuando se dio cuenta que el mundo no está para aguantar sus chorradas y hay sueltas muchas manos rápidas.

Hay que reflexionar y asumir. Nuestros problemas individuales son una tontería comparado con los problemas de la humanidad como conjunto. Somos escoria y una vergüenza. Munich levanta muros para separar a los refugiados y nadie se escandaliza. Hay un genocidio en Syria pero es mucho más importante discutir sobre la peatonalización de Gran Vía.

Soy un jodido hipócrita. Todos lo somos.

Esta es mi tarjeta de Felicitación de Navidad. Un vídeo en el que esta chica nos da razones de porqué deberíamos avergonzarnos como raza. No voy a añadir nada, porque creo que se merece una reflexión íntima sobre si este es el mundo que queremos.

Se puede decir más alto, pero más claro… dificil…

Traducción libre y no literal:

Syria sigue con su genocidio. ¿Quién tienen razón? Da igual. Muere gente inocente y occidente no hace nada. ¿Dónde están las manifestaciones pacíficas en las capitales Europeas? La ONU hace un par de comisiones y lágrimas de cocodrilo, Nada más.
 
Eso se llama hipocresía.
 
Yo soy árabe, mulsulmana y ciudadana del Estado de Israel y estoy avergonzada. Avergonzada como persona. Como ser humano. Todos somos cómplices.
 
¿Hace falta recordar Kosovo, Ruanda o la Segunda guerra mundial?
 
Albert Einstein dijo:
«El mundo es un lugar peligroso, no por aquellos que hacen el mal, sino por aquellos que ven lo que pasa y no hacen nada.»
Habrá que pensar en hacer algo más que estar sentado en la mesa.
Lo dicho. Feliz Navidad Hipócrita.
19 de Diciembre de 2016

Diego Santos

 

3 thoughts

  1. No he podido evitar pensar en alto… Porque si analizamos la Humanidad con perspectiva histórica, la sociedad hemos fracasado hace mucho, de ahí que llevemos 5000 años a nuestras espaldas salpicados de sangre derramada por las guerras y los conflictos armados, y que no son más que el reflejo de nuestra miseria existencial. Hannah Arendt vaticinó que tras los grandes horrores del siglo XX, la cuestión fundamental de la vida intelectual europea sería el problema del mal. Si hoy levantase la cabeza, se daría cuenta de que tenía toda la razón… Porque aquí estamos… entre el mal propio de las guerras y los conflictos y aquel otro que hunde sus raíces en los corazones de quienes pretenden, no sólo construir Europa vallando sus fronteras, sino negar la existencia del otro, como si sólo ciertas vidas mereciesen ser rescatadas, mereciesen ser lloradas… Hoy en día vemos como hay una dinámica en la que se alternan las muertes intensas, con ese exterminio indiscriminado más absoluto, como lo que está sucediendo en Alepo, por ejemplo; y las muertes lentas, como el caso de las personas que tratan de huir de esos territorios. Ahí nuestro sistema capitalista y neoliberal no es que les mate directamente, sino que les deja vivir en unas condiciones que les conducen a la muerte, con la premisa mezquina de que para que el planeta sea sostenible una parte de los seres humanos debe morir, porque no cabemos todos… Y a muchos, ya les vemos perecer en las costas de nuestro continente o en las cunetas de nuestras fronteras, mientras lo observamos impasibles desde la comodidad de nuestros hogares. Sí, somos unos jodidos hipócritas. Todos lo somos.
    Felicidades por el post y por tratar de remover conciencias hasta donde llegue 😉

    1. Muchas gracias por tu reflexión ire, siempre está bien que se abra debate!! y que no nos modamos la lengua!

      Feliz Navidad

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