La defensa de la Tesis Doctoral es el último trámite para convertirte en Doctor. Desde semanas antes de la defensa mucha gente me decía que ya estaba casi «en capilla«. Entendía el concepto, pero no tenía ni idea de que esa expresión en realidad proviene de que los doctorandos de la Universidad de Salamanca, el día antes de su defensa se encerraban en la capilla de Santa Bárbara, ofreciéndose a que todo saliese bien.
En realidad el día de la defensa está marcado por un fuerte ritual académico en el que el doctorando expone a un Tribunal su proyecto. El protocolo formal es tan cuidado que a día de hoy podría parecer hasta extravagante.
El lenguaje, las formas y los símbolos nos hacen ver que no estamos en un día normal. Sin duda, lo que más suele llamar la atención a la gente es que tras la defensa,
el nuevo doctor ofrece una comida de celebración al Tribunal y Director de Tesis.
Yo tenía reservado de ante mano un restaurante en Fuenlabrada ya que la leyenda popular dice que una vez que se llega a la defensa pública el aprobado está «casi» garantizado. Muy mal tienes que hacerlo, dicen.
Sin embargo, tal y como me explicó durante su intervención el presidente de mi Tribunal, el profesor Jesús Timoteo, este ritual era todavía más exagerado antiguamente. El número de doctores era mucho menor y en universidades como Alcalá, que un doctorando defendiese su proyecto era un evento social que involucraba a toda la ciudad. El nuevo doctor salía por la «Puerta de la Gloria» dónde esperaban los vecinos para vitorearle por tal logro. La afluencia era masiva, ya que posteriormente empezaba la celebración, se lidiaba un toro que posteriormente se serviría en guiso acompañado de abundante bebida durante siete días para todos los vecinos, familiares y amigos.
Sin embargo, no todos los aspirantes alcanzaban la gloria. Si un estudiante suspendía, salía por la puerta de atrás, «la puerta de los burros». Allí no había vítores, sino que al alumno se le ponía unas orejas de burro y una manta. Tras burlarse de él, lo manteaban hasta que caía de bruces contra el suelo. En ese momento empezaba la «nevada alcalaína» y los vecinos le escupían por haberse quedado sin banquete. Uno de los alumnos que salió por esta puerta fue Francisco Quevedo.
Afortunadamente la situación ya no es tan radical. Y la comilona sirve para confraternizar con los profesores que desde ese momento te ven como un igual.
Para aquellos que puedan tener dudas en qué consiste la defensa en la actualidad. Al empezar el acto, el tribunal te advierte de cual es procedimiento, que normalmente son 20-30 minutos de intervención del doctorando. Posteriormente cada miembro del tribunal hace una serie de consideraciones, positivas o no, sobre el proyecto a las cuales se debe responder cuando todos hayan intervenido.
La exposición oral del doctorando puede apoyarse en sus notas, aunque de manera generalizada se suele utilizar una presentación.
Existen multitud de webs que explican como hacer buenas presentaciones. Yo siempre intento reducir al máximo el texto, me gusta utilizar gráficos e imágenes y si puede tener cierto colorido acorde con la temática mejor.
Después de varias versiones había apostado por un diseño serio y todavía con demasiado texto para mi gusto, pero no quería olvidar ninguno de los apartados de la tesis:
Finalmente aposté por un diseño más desenfadado y mucho más visual, con más gráficos y menos texto.
Afortunadamente tanto temática de la tesis como la exposición oral tuvieron una buena acogida entre el Tribunal. Afortunadamente las críticas fueron muy escasas y las loas muy emocionantes e inspiradoras, incitándome ya no sólo a publicar académicamente, si no a novelar algunos apartados.
A nivel personal, fue muy emocionante tener a mis padres entre el público. A nivel académico cerrar el mayor reto universitario con la máxima calificación siempre es motivo de orgullo y después de tanto lío se pasa uno varios días con ganas de festejar.
Si defiendes pronto. Mucha suerte y recuerda, al final siempre sale todo bien.
