Con motivo del XX Congreso Internacional de Sociología celebrado en Almagro en Noviembre 2015, he preparado un artículo que ha sido publicado en el libro: Mundos Emergentes: Cambios, Conflictos, Expectativas y que he dividido en tres partes para subir a este blog.

libro almagro

LA HISTORIA SOCIAL DEL TURISMO DE SURF. DE WAIKIKI A LAS WAVEGARDEN. (Parte I)

Historia Social del Surf.

Diferentes autores nos relatan la historia del surf (Esparza, 2014; Kampion, 2003) y nos demuestran que hay evidencias de que los polinesios surfeaban, en Perú (Amayo- Zeballos, 2010) los pescadores cabalgaban olas en embarcaciones  llamadas “caballitos” de totora (por ser este el nombre que reciben las plantas de las que se extraen los materiales con los que se construyen) y en el Oeste Africano (George, 2007)  los jóvenes surfeaban con planchas de madera. Se puede debatir en qué lugar se practicó primero. Sin embargo, el surf moderno, como práctica tal y como la conocemos hoy en día surgió en Hawái a finales del siglo XIX. (The world in the curl, 2013).

El surf y su evolución ha sido estudiados por disciplinas tales como la historia (Esparza, 2014; Kampion, 2003), periodismo (Beattie, 2001; Henderson, 1999, 2001; Ormrod, 2005a, 2005b; Rutsky, 1999; Stedman, 1997) o las ciencias del deporte (Booth 1995; Nazer 2004; Stranger 1999); la gran mayoría investigan la práctica del surf en aspectos puramente deportivos. Sin embargo, evidenciaremos a lo largo del presente comunicado que se trata de una realidad social muy compleja, que abordaremos desde la Sociología del turismo.

Tal y como afirman Westwick y Neushul (2013: 32-38), la realidad social del nacimiento del surf moderno en Hawái se enmarca dentro del movimiento cultural Hawaiian Revival, cuyo elemento principal es el de un refortalecimiento de las raíces culturales hawaianas tras la anexión de estas islas a los Estados Unidos en 1898. Este movimiento cultural será la realidad que se encargó de recuperar la práctica del surf que había casi desaparecido por completo.

Estas islas fueron identificadas por los empresarios americanos como un paraíso vacacional. Sin embargo su localización geográfica tan distante del continente y los miedos a sus pobladores, no  atraían mucho más que a turistas interesados por la antropología.

Los nuevos promotores de Hawái como destino turístico, financiados por los empresarios turísticos, con la intención de mejorar la imagen del destino y captar más visitantes, trataron de evidenciar un paraíso natural vinculado con el sol y playa dónde los amables residentes te enseñarían a bailar hula (Hibbard, 2006).

En esta realidad del atractivo de la playa, se observó que los primeros turistas no tienen una interacción fluida con el océano, posiblemente por la presencia de olas (Bacchilega, 2006). En el intento de mejorar esta realidad se enmarca el surf, que es vista como una actividad con la que disfrutar del mar. La imagen de personas cabalgando sobre olas pronto es vista como la imagen perfecta con la que promocionar la isla. El surf será el nuevo atractivo turístico de Hawái, cuya nueva imagen será la playa de Waikiki y el surfista Duke Kahanamoku, que se convierten en los principales iconos del turismo de surf (Santos, 2015).

La práctica del surf es promocionada no sólo a través de posters y fotos, sino que escritores como Jack London describirán esta experiencia en artículos de prensa (Womans Home Companion, 1907) e incluso en capítulos de sus libros (Cruise of the snark, 1911). Sobre el atractivo del surf, es clarividente la opinión de la esposa de Jack London quien afirma que el verdadero atractivo está en esos surfistas que tienen ese estilo tan particular de vivir vinculados al mar. Se identificará por tanto el estilo de vida vinculado a las olas con un atractivo turístico (Allen, 2004).

Según lo expresado en “The world in the curl” (Westwick y Neusul, 2013), el proceso de expansión del surf surgió en 1907 cuando se llevó como actividad de exhibición a California. En este sentido hay diferentes planteamientos sobre si realmente fue una exhibición con el objetivo de promoción turística de Hawái o con la intención de exportar el atractivo de la práctica como actividad que dotase de valor añadido a los nuevos proyectos urbanos planificados por Huntington en diferentes puntos de California.

La llegada del surf a California supuso el primer ejemplo globalizador de esta práctica. Y fuese  de manera planificada o no, el surf llegó para quedarse, y no llevó sólo sus tablas desde Hawái sino que también exportó su estilo de vida al continente americano. Pocos años después el surf sería exportado a Australia.

La importancia histórica de estos dos acontecimientos no será simplemente como una conquista geográfica, sino que tanto California como Australia jugarán un papel muy importante en la evolución tecnológica y social del surf.

California

California es un estado muy vinculado a la aeronáutica y al sector espacial,  circunstancia que llevará a que los avances en esas industrias tengan aplicaciones directas en la evolución de los materiales y diseño de las tablas de surf.

Se conoció como la revolución del “shortboard” al momento en que las tablas reducen drásticamente su tamaño y volumen, haciendo referencia a sus menores dimensiones en comparación con las tablas más tradicionales. Hechos que además de influir en la evolución de la técnica de surf, tienen gran importancia a nivel turístico y social. El desarrollo de nuevos materiales ha influido directamente en los desplazamientos de surf, de dos maneras fundamentales. Primeramente porque en sus comienzos las tablas eran de un tamaño, peso y volumen desmesurado, que imposibilitaban prácticamente su transporte, o era tan complejo que no se podían recorrer grandes distancias.

Además, estas nuevas tablas más ligeras y transportables también serían más maniobrables en la práctica, por lo que la concepción del surf cambia, haciendo surfeables olas que anteriormente no lo eran, o requerían de mucha pericia. Este cambio será de gran relevancia para los desplazamientos de surf.

La segunda aportación más importante de California al surf fue la instauración de un imaginario colectivo por parte de la sociedad más general en torno a sus practicantes. La gran acogida del movimiento hippie en esta región, manifestada principalmente con la reacción juvenil a la guerra del Vietnam, encontró en los surfistas su complemento perfecto. Esta imagen del estilo de vida de surf menos sano, vinculado a las drogas y a la vida comunitaria en naturaleza se desarrolla en la California de los sesenta y estará presente durante décadas en el imaginario colectivo, pues Hollywood (otro producto californiano) se ha encargado de perpetuar la imagen del surfista como el eterno adolescente a través de sus primeras películas surf, como Beach Party, Beach Blanket Bingo, How to stuff a wild Bikini y Muscle Beach Party. Esta realidad californiana de los sesenta es considerada a día de hoy como un apartado de contracultura dentro de la subcultura surf.

Que el surf estuviese presente en California, y por ello inspirase a cantantes y cineastas a escribir canciones y guiones ha tenido más importancia de la que se podía imaginar a nivel global, hemos podido constatar con los pioneros de nuestro país (Esparza, 2014), que estas han sido sus primeras referencias en torno a la práctica del surf. Sus implicaciones turísticas serán ínfimas en el momento, pero sentarán las bases del futuro turismo de surf en varios países.

Australia

En 1915 el surf llegó a Australia también enmarcado como actividad de exhibición, en este caso organizada por la Asociación Nacional de Natación con el objetivo de mostrar esta disciplina. Para que germinase la semilla del surf fueron necesarias algunas exhibiciones posteriores, pero pronto se identificó como una actividad muy atractiva, con enorme potencial identitario y turístico, con la que poder quitarse el estigma de continente de exconvictos británicos, y ganarse una imagen más benévola y divertida y que fuese acorde a su nueva realidad como territorio independiente en una localización paradisíaca (White, 1981).

La visión mística del surf cambió por completo cuándo el surf se extendió en Australia. Lejos de esta concepción romántica y muy posiblemente sin tan siquiera conocer el estilo de vida de los surfistas americanos, los australianos adoptaron y adaptaron esta práctica a su concepción de otras actividades similares. Como en Australia el surf se desarrolló gracias a la natación y se integró principalmente en las escuelas de socorrismo, empezaron a tratarlo como una disciplina y se entrenaban firmemente para ello, convirtiéndose así el surf en una modalidad más en las competiciones entre los diferentes clubs (Booth, 1995).

Es decir, con la exportación del surf a Australia se produjo que este evolucionase allí bajo influencia de la tradición británica que sería la primera gran etapa de deportivización de este pasatiempo (Elias y Dunning, 1986), pues no comprendieron el surf como una práctica artística, sino que vieron en el surf, como en otros deportes, una conquista más del hombre frente a los retos de la naturaleza.

Esta circunstancia supuso un gran cambio en el surf de competición, pues esta era muy naif, especialmente durante los primeros años. Aunque si existía una especie de campeonato mundial, en ese momento eran una serie de encuentros en el que se nombraba al mejor surfista del momento. La concepción de surf que prevalecía era la de asimilar esta práctica a un arte en la naturaleza, por lo que estos campeonatos eran más una forma de expresión que una competición en el sentido en la que la conocemos a día de hoy.

Según Warshaw, esto supuso que, en pocos años, los australianos ganasen las competiciones que organizaban los hawaianos. Además, los australianos, siguiendo el proceso de asimilación del surf como deporte, propusieron una institucionalización mayor de los campeonatos, lo que supuso la creación de la ASP y un circuito mundial para los que hubo que diseñar unas reglas acordes.

Para seguir leyendo:

LA HISTORIA SOCIAL DEL TURISMO DE SURF. DE WAIKIKI A LAS WAVEGARDEN. (Parte 2)

LA HISTORIA SOCIAL DEL TURISMO DE SURF. DE WAIKIKI A LAS WAVEGARDEN. (Parte 3)

Para citar este artículo:

SANTOS, D. (2015) Mundos Emergentes: Cambios, Conflictos, Expectativas. ACMS. ISBN: 978-84-608-3520-2. pp. 95-107

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