Hoy rescatamos un artículo de nuestro antiguo blog, el cual poco a poco iremos migrando a Mareas Vivas, no sin readaptar algunos contenidos. Sin embargo, este si lo reproduzco íntegramente:

Tengo que confesar una cosa, no me interesa mucho el surf de competición. Primero porque cuando voy a la playa, soy de esos que va tumbado. Aunque conozco a muchos corcheros que se ven los campeonatos en streaming, yo no. Tampoco me veo los de body, aunque cuando salen videos como los del último campeonato en Arica, simplemente flipo.

Nunca me atrajo la competición en ningún deporte. Nunca he tenido en la vida ansias de ganar a nada. No significa que me guste perder, sólo que el hecho de medirse, especialmente en deportes individuales necesita de cierto carácter del que carezco.

Obviamente nunca me planteé ni anotarme ni a un campeonato local de bodyboard, porque soy rematadamente malo. Eso sí, disfruto como un enano. ¿Maniobras yo? Con el coche al aparcar y poco más.

Sin embargo, raramente el mar me da miedo. No me he metido nunca en olas que hagan tanto ruido como para que te tiemblen las piernas antes de entrar, pero algún arañazo gordo me he llevado. Así que yo recuerde, miedo pasé una vez en Ponzos, otra en Sri Lanka y más recientemente en una ola de la zona del Son, que tenía tantas ganas de probar que me metí solo sin ser consciente de que el mar estaba pasadísimo y que surfear una vez cada tres meses te hace estar muy poco fino, mental ni físicamente.

Coincidió casi siempre que esos días el cielo estaba gris, viento huracanado. Lo que se dice ese día que no sabes muy bien por qué te metes, pero algo dentro de ti quiere adrenalina, segregar endorfinas o lo que cojones sea eso que te lleve a ponerte el neopreno y ponerte a remar. Al poco rato, te das cuenta que en realidad no estás cómodo y no es esa la sensación que estabas deseando tener.

Jay Morirarti dijo en persiguiendo a Mavericks: “¿Alguna vez has visto algo y has pensado que es por eso que estás aquí?por suerte me ha pasado muchas veces. Casi siempre en viajes de surf. Cuando fluyo con la vida y me mimetizo con el ambiente de tal manera que me doy cuenta que es lo que más me llena en la vida.

Los que habéis visto la peli, (que si no lo has hecho, deberías, pero puedes seguir leyendo que no te la voy a destripar) sabéis que Jay nació para surfear olas gigantes, tenía una atracción mística con el mar, especialmente cuando estaba grande. Su vida consistía en prepararse para ese momento. Para domar esas inmensas masas de agua. Lamentablemente con la cantidad de vídeos que salen al año de Macnamara, Sanchis, Ribiére y compañía, parece que surfear estas olas gigantes es un juego de niños. Esta película nos recuerda que no lo es.

Hace unas semanas, vimos un video de Tehaupoo, seguramente la ola más peligrosa del mundo, surfeada por Natham Florence (hermano de Jhon Jhon) haciendo según Kelly Slater «la mejor ola jamás surfeada en Teahupoo remando» (es decir sin remolcarse con un Jet Ski).

Este año también hemos visto en esta ola posiblemente el wipeout más salvaje que jamás se haya grabado nunca.

A pesar de las escalofriantes imágenes, ni un rasguño se ha llevado el rider. (muchos otros surfers no tienen esa misma suerte).

Siguiendo su línea excéntrica Jamie Obrien se tiró a Teahupoo encendido en llamas, marcándose además su mejor tubo.

Veo estos vídeos y personalmente alucino. Parece que no hay límites y que el miedo no existe. Que los surfers están hechos de otra pasta. Pero no es así. Son humanos.

Está claro que están ahí porque quieren. En freesurf no hay discusión. Sin embargo esto cambia cuando hablamos de la competición, en particular en los eventos del circuito mundial.

Hace unas semanas, planteaba la posibilidad de que los surfers se negasen a arriesgar sus vidas ante la posibilidad de que no se garantizase su seguridad en un hipotético Jbay 2016.

Hoy el planteamiento que me hago es diferente. Acabo de enterarme de que Filipe Toledo (Top 4 mundial a día de hoy) obtuvo un CERO en su manga en el reciente Billabong Teahupoo Pro.

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En artículo que me he leído, entrevistan a Matt Warshaw (leyenda del periodismo histórico del surf) sobre su opinión de esta manga. Hago un pequeño resumen, en traducción libre, pero el artículo entero en VO está aquí.

Matt considera que si bien Filipe es de sus surfistas preferidos, no puede decir que esta manga fue así por culpa de una lesión. Este evento lo ganó Jeremy Flores que surfeaba con casco, tras un reciente accidente muy grave. Es cuestión de actitud. Y Felipe no está preparado para surfear en este tipo de condiciones. Ni en Teahoppo, ni en Cloudbreak o incluso en Jbay. Si Filipe gana este mundial, que es completamente posible, siempre tendrá un asterisco.”

“Filipe seguro que piensa que la prensa criticará sobremanera su surf en olas potentes. Y lo hará. Seguro que él quiere ser igual de bueno en condiciones radicales, que en olas pequeñas, donde es simplemente mágico. Pero nunca va a reconocer que no está preparado para este tipo de olas. No es tan malo, el propio Mick Fanning no lo estaba hace unos años y ahora lo está.”

Desde mi punto de vista, quizás el problema está en la diferencia entre lo que el espectador quiere de un campeón mundial, y lo que WSL ofrece. El circuito mundial como organización está encantado con eventos multitudinarios como los de Gold Coast, Rio o el US Open. Sin embargo parece que prefiere el espectáculo los Jbay, Tahiti o Pipe.

De ahí, que el público esté un poco desencantado con riders que sólo se sienten cómodos en olas pequeñas, que no le lleguen a la cabeza.

Matt Wharshaw, nos recuerda que esto no es nuevo,

Damien Hardman ganó dos títulos sin surfear olas grandes, y nunca admitió que no se sentía cómodo o que le diesen respeto. Una vez, Gary Green no remontó en su manga en Waimea,  creo que fue 1986, las olas eran enormes y simplemente dijo < Soy fumador, nunca he hecho un día de ejercicio físico en mi vida y nunca he surfeado este sitio tan horroroso, que le jodan.>

Parece que ya nadie recuerda que el Propio Miky Dora prefería las olas largas y pequeñas, incluso escribió largas descripciones del miedo que le daba surfear en el North Shore. Es cierto que luego surfeaba Pipe y Waimea, pero esa sensación de miedo estaba en su cabeza.

Como recuerdo de competición, me gustaría recordar a Kylie Webb, que como Filipe terminó su manga con un 0 en Sunset Beach un día de olas grandes. Pese a ello, quedó en la posición 17 y en el momento que le dieron su cheque, le dijo al director de competición que no se lo merecía y que le comprase a los jueces algunas cervezas.”

Con esto no quiero decir más que todos somos humanos. Con nuestras virtudes, defectos. Con lo que se nos da bien y con lo que se nos da mal. Todos tenemos un camino que descubrir y no tiene porqué ser surfista profesional.

En este sentido me hace gracia, que los millones de surfers paquetes que hay en las playas del mundo, entre los que obviamente me incluyo, tenemos la doble moral de criticar a un surfista del Top mundial por no arriesgar en condiciones en las que no se siente cómodo. Sin embargo, los días grandes no están masificados los picos en comparación con días más suaves. Pero, en el hipotético caso de tener que arriesgar tiene que hacerlo para demostrarle a las masas su valor, para demostrárselo a sí mismo, o a sus sponsors. Hace unos días reflexionábamos sobre el salario de surfistas del circuito mundial. 

Lo más gracioso, que después le explicamos a todo el mundo que no somos profesionales del surf, pero que eso no importa, que el mejor surfista es el que más se divierte. Y pretendemos que se lo crean cuándo días después nos ven burlándonos de un aspirante al título mundial.

Hay una frase que me encantaría decirle a Filipe, con una sonrisa de oreja a oreja:

Eddie would go.

Pequeño reportaje sobre Filipe Toledo.

Diego Santos

4 thoughts

  1. Buen texto, pero simplemente no entiendo el final.
    Con Eddie would go, entiendo que te refieres a Eddie Solomon, el buguero que falleció hace unos años y que era el tío con mas huevos del mundo. Esa frase la dicen los corchetes refiriéndose a el y dando el significado de «da igual lo gordo que esté… Eddie la pillaría»
    No entiendo el significado de decirle eso a un surfista que simplemente no va en olas grandes, con una sonrisa de oreja a oreja.

    Saludos

    1. Hola francisco, muchas gracias por comentar. La verdad desconocía que también se decía por Eddie Salomon. La historia que me sé yo, surge en honor a Eddie Aikau. Además de socorrista en Waimea, surfista talentoso de olas grandes, pero que falleció en un trágico día, en el que navegando un día de marejada su embarcación tuvo un accidente. Mientras todos los demás decidieron esperar, él cogió su tabla e intentó llegar hasta tierra para buscar ayuda. Ese día desapareció y sin embargo la marina pudo rescatar a los demás tripulantes.

      Cuentan que desde su muerte, en Hawaii se dice Eddie would go, como frase inspiracional. De tratar de superar los miedos aunque haya riesgo, tanto en las olas como en la vida. A esto me refería, a que le diría un Eddie would go, en tono motivacional, sin reproches. Porque estoy seguro que lo que más necesita Filipe es trabajo psicológico. Refiriéndome otra vez a citas de Persiguiendo a Mavericks, cuándo hablan de que el miedo no se convierta en pánico.

      😉

      Menudo rollo, no sé si al final me he explicado.

      Un abrazo.

      Diego

  2. Me parece interesante tu reflexión sobre el miedo a las olas grandes. En cierto modo me siento identificado contigo, pero he de decirte que este aspecto varia a lo largo de la vida de una persona, según las circunstancias que te toquen vivir en cada momento.
    Siento gran respecto por todos los que se atreven a surfear olas como Teahupoo.
    De cualquiera de las maneras, hay que decir que esta gente se entrena específicamente para hacer eso todo el año. Con preparadores físicos, rehabilitadores y sicólogos.
    En cualquier caso, El miedo es libre.

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